13 junio 2006

Periodismo de investigación

El bueno de Ronaldinho está en una discoteca bailando con una señorita. El delantero del Barça y de la selección brasileña se lo pasa en grande, para qué vamos a negarlo. Lo malo es que una indiscreta cámara ha grabado para la posteridad ese momento. Y a medida que se restriega el jugador, una estrella pero también un hombre, se pone absolutamente verraco. Aparecen músculos insospechados. Y la jugada pasa a formar parte de la memoria visual del telespectador.

Javier Pérez de Albéniz en El descodificador

1 comentario:

Anónimo dijo...

GRANDE RONALDINHO!!!!!!!!