Un trabajo, unos estudios, unas inquietudes, hacer turismo o porque alguien se enamora, son motivos más que suficientes para irse a otro sitio.
A mí me han llamado cateto en Sevilla y gitano en Cáceres. Más hiriente era en Toledo, donde ganaba más dinero que los oriundos y de vez en cuando me invitaban y animaban a volver a mi tierra. -¡Ojalá! -contestaba yo, deseando poder hacerlo. En Madrid sin embargo no tuve muchos problemas, o al menos no los recuerdo. Y el más gordo de todos fue en Belfast, donde unos protestantes desde un coche nos dijeron a un amigo italiano y a mí que "nos marchásemos a nuestro puto país".
Todo esto lo cuento porque he leído un cuento llamado 'Diario de un (jodío) emigrante' y me ha hecho recordar.
Ya escribí por aquí que a veces me musta mirar atrás.
A mí me han llamado cateto en Sevilla y gitano en Cáceres. Más hiriente era en Toledo, donde ganaba más dinero que los oriundos y de vez en cuando me invitaban y animaban a volver a mi tierra. -¡Ojalá! -contestaba yo, deseando poder hacerlo. En Madrid sin embargo no tuve muchos problemas, o al menos no los recuerdo. Y el más gordo de todos fue en Belfast, donde unos protestantes desde un coche nos dijeron a un amigo italiano y a mí que "nos marchásemos a nuestro puto país".
Todo esto lo cuento porque he leído un cuento llamado 'Diario de un (jodío) emigrante' y me ha hecho recordar.
Ya escribí por aquí que a veces me musta mirar atrás.
2 comentarios:
Que cabrón! Ganabas más que yo! Jaja, es broma. Pero no creo que en Toledo te fuese tan mal. Al menos los que eramos de Los Yébenes (muy diferentes a los toledanos, eso es cierto) siempre te tratamos bien. En Madrid es fácil sentirte bien, todos somos emigrantes, o casi. Por cierto Toledo va subiendo poco a poco. Ahora nos iría mejor.
Cateto y pobre pero con mucha honra. nunca nos falto una copilla ni hubo que robarla
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