Mi tele está cambiando

En estos últimos años me han sorprendido unas cuantas series de TV. De entre mis favoritas Mujeres Desesperadas, 24, Perdidos y House, me quedo con el doctor, mejor dicho, estoy enganchado al doctor. Mi afición a estas series, o en algunos casos telenovelas de nueva generación como es el caso de las desesperadas, no viene dada por mi enganchamiento televisivo y mi dedicación al sofá, sino gracias a Internet. Me descargo mis capítulos de mi serie preferida y los veo tranquilamente sin necesidad de anuncios y sin esperar al día de la semana en que lo ponen. Además de poder verlos en su versión original subtitulada y sin necesidad de esperar a la semana siguiente.

Internet está haciendo que cambien los modos de ver la televisión. Incluso está consiguiendo que los productores de estas series llegen a hacernos caso cuando opinamos. Es el caso de la película Snakes in a Plane, en la que el guión recoge las opiniones de los internautas y antes de su estreno ya es una película de culto. Stephen King intenta lo mismo con Lost, a cuento de las temporadas que se hacen para seguir ganando pasta:

Llamar a Lost una “gallina de los huevos de oro” es una subestimación. Estamos hablando de … cientos de millones de dólares potenciales en DVDs y más..

[pero]… cuando una historia está perfectamente contada, llegó el momento del fundido a negro. No me importa si Jack, Kate y los demás se dan cuenta que están muertos y descienden por la escotilla hacia un rayo de luz blanca o si entran entre ellos en una explosión de salvajismo digna del final de “El Señor de las Moscas“. Pueden descubrir que son parte de un experimento (humano o alienígena). Jack incluso podría despertarse y descubrir que todo es un sueño (de hecho, odiaría eso).

Pero por favor, tíos, no maltraten a esta gallina con años de flashbacks rebuscados y sin sentido. Acabenlo como quieran, pero háganlo cuando llegue el momento apropiado para el cierre.

¡Pero si es que hasta cambia el número de planetas del Sistema Solar!