Cuando Antonio Haut Guzmán, de 44 años, se hizo la revisión médica para renovar su carné de conducir le dijeron que tenía perforado el tímpano. La culpa es de los cerdos, de sus chillidos, probablemente uno de los sonidos más agudos y desgarradores del mundo. Escucharlo cientos de veces cada mañana es el peaje que tiene su oficio, 'capaor' de cochinas. De Barcarrota para más señas.(...)
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Hay un idiota, y me quedo corto, que acusa en los comentarios a los capaores de delicuentes, por intrusismo laboral, en fin, cosas del anonimato y la poca vergüenza.
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