Aunque no las he probado, según me cuenta mi amigo el poeta Paco Rangel, ya no se encuentran en ninguna parte unas ciruelas tan dulces como las que da la huerta de la poeta Agustina Durán en Barcarrota.
Yo añadiría más: ya no se escriben en ninguna parte unos versos tan tiernos, de esos que nos llegan directamente al alma (...)
07 mayo 2007
Las Ciruelas de Agustina
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1 comentario:
Me lo ha dicho ayer en la Biblioteca un poeta asistente, no sabía que Agustina venía a Mérida. Me dio la misma impresión que recoge Pilar Fernández, de conquista con su sencillez. ¡Bueno es que hasta podamos exportar poetas!
Me alegro, como siempre, de las picas que ponemos en las capitales extremeñas.
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